jueves, agosto 04, 2005

Amanecer y Ocaso

Me desperte con la sensación de estar acompañado.
Sus grandes ojos marrones me contemplaban con extaña fijación, con extraña tristeza. Entre sus manos sostenia el peluche que le habia regalado.
Queres casarte conmigo - me preguntó.
No - respondí con la certeza que te dá el corazón.
Lo sabia. Pase toda la noche memorizando tu rostro, es el recuerdo que me quiero llevar.

Se levanto y salio de la habitación. Deje de ver sus grandes ojos marrones.


Dedicado al viento y a medusa (que trajo distantes ecos).